Con la propagación de la pandemia a principios de marzo del 2020 empezamos a escuchar a los líderes globales hablar del ‘día después del Covi-19’ o ‘la nueva normalidad’, como un suceso que ocurriría en el corto tiempo. No obstante, han pasado 10 meses y nos ha sorprendido el resurgimiento en Reino Unido y otros países de una nueva cepa del Coronavirus y que se está propagando con rapidez del mundo. Las fronteras se han vuelto a cerrar, vuelos cancelados y negocios cerrados.
Lo que sí estamos conscientes es que el mundo como era ya no lo volveremos a ver en mucho tiempo. Nuestras economías, la educación, la manera de socializar, nuestras emociones, todo cambió. Salir de la zona de confort pasó de ser una decisión personal a una obligación colectiva.
Ante el escenario del caos, los organismos internacionales y líderes globales han entendido que el mundo necesita un “Great Reset”. Tal como lo ha expresado el Foro Económico Mundial, existe una necesidad urgente de cooperación por parte de los stakeholders para gestionar conjuntamente las consecuencias directas que ha generado la crisis del Covid-19.
El ser humano pasa a ser el centro de las políticas públicas y las estrategias empresariales. Mientras tanto, en lo personal debemos examinar nuestras prioridades y repensar nuestro futuro. Indudablemente es imposible seguir asumiendo los retos que enfrentamos con las mismas estrategias del pasado. Hay un antes y un después Covid-19 muy marcado en nuestras sociedades, en las marcas y en cada individuo.
Estamos en un nuevo tiempo, uno muy importante porque de la manera en como nos construyamos hoy dependerá nuestro futuro cercano y a largo plazo. Hablamos de una reingeniería personal de nuestra marca, lo que somos y cómo nos ven nuestros públicos. Sin importar si eres empleado, empresario o emprendedor independiente, debemos mandar el mensaje adecuado a nuestro alrededor y mostrar que así como están cambiando los tiempos, nos adaptamos, nos renovamos y nos acercamos al gran reinicio de nuestras vidas.
La gran pregunta es ¿estamos preparados para lo que implica esta reingeniería social y personal en nuestras vidas y nuestro entorno?.
Nuestra marca personal es más importante ahora, ante el nuevo orden mundial acelerado con la pandemia. Es más necesario ahora, en un mundo que se transforma. Hace unos días leí un artículo que me parece interesante destacar; en él se resume lo que hemos estado escuchando de los grandes estrategas de marca y de negocios. Empezaré resaltando la autenticidad, lo real; todo aquello que no podamos probar será una promesa.
Es necesario pensar y definir dónde está nuestra fortaleza y el valor real de nuestra marca personal. Contarlo con experiencias más que con palabras, con imágenes, en audio, video y todo lo que logremos producir para explicar con claridad y excelencia lo que somos, será aquello que te coloque en una posición de relevancia frente al inmenso ruido de contenido en el escenario virtual.
Nuestra marca personal recibe un fuerte impulso cuando logramos proyectar un nivel de especialización importante en el tema que hayamos elegido, sin perder de vista lo necesario que es tener un sentido amplio del conocimiento de los temas globales. Asimismo lo es también el construir relaciones sólidas en nuestro entorno.
En definitiva, nuestra visión del mundo debe ser más amplia ahora, después de la pandemia. En este año 2021 debemos estar preparados emocionalmente, dispuestos a reimaginarnos y construir una nueva versión del yo. Pareciera extremo, pero de no hacerlo, pagaremos las consecuencias de no entender que el mundo ha cambiado, la forma de hacer negocio también.
Debemos entender el nuevo entorno social, que es ahora más virtual y personalizado que nunca. Estamos en una burbuja global, por tanto, la marca personal no puede ser una construcción adaptada a nuestro espacio físico, sino a un universo colectivo que interactúa en una dimensión digitalizada. Las marcas, todas sin excepción, pasarán por un proceso de transformación, y ya tienen ventajas los que han comprendido el nuevo escenario mundial.